jueves, 3 de abril de 2014

El irresoluble problema. Urgencias y copago




El tema de esta semana parece ser el copago que desde la OMC propone su presidente en aquellos casos en los que se produzca un mal uso de servicios como el de urgencias hospitalarias. El tema no es nuevo pero parece irresoluble. Y esto último, que un problema como éste no tenga solución es una de las curiosidades más llamativas.

El asunto no es menor porque son muchas las vertientes desde la que se puede valorar: desde la  científico-sanitaria, desde la científico-económica, desde un punto de vista político y desde otro social, que implicaría cuestiones sensibles como la posible generación o no de desigualdades en el acceso a los servicios sanitarios. También dentro de lo social encajarían aspectos como el cívico, el cultural y el educativo. Muchas caras de un prisma que tiene importancia, por suponer una importante carga económica para el sistema sanitario y la sostenibilidad de éste.

Siempre deberían ser bienvenidas estás polémicas y estos debates cuando su objetivo sea el de invocar al análisis y la reflexión y sondear e implicar  a todos los aludidos en las distintas áreas antes citadas. El primer brindis al sol, por tanto, podría ser por aprovechar para articular foros que aborden el tema y no caer en la tentación de cerrar debates en falso. Ser valientes para debatir sobre causas, responsabilidades, y líneas futuras de actuación.

En estas últimas,  los estudios y los expertos tienen mucho que decir. Los expertos opinan pero los estudios concluyen. ¿hay estudios sobre el asunto es cuestión? Parece que sí. ¿Hay suficientes? ¿Están adaptados a nuestro entorno? ¿Conocemos las causas de este uso erróneo de los sistemas de urgencias? ¿Hay estudios evaluando posibles soluciones?  Pues vayamos a ellos. Y si no los hay,  ¿no merece la pena invertir en investigación en casos como éste?

Y a partir de ahí deberían de entrar en juego todos los demás actores. Es posible que las diferencias existan en dónde está puesto el acento de cada mirada científica: ¿En el control del gasto sanitario? ¿En la eficiencia de otras alternativas de la sanidad? ¿En el coste social que ello provocaría? Sería entonces el tiempo y el momento de los ciudadanos, los políticos, los profesionales o los expertos en otras áreas. Puede que parezca el cuento de pulgarcito pero insisto en que la importancia del problema y la cronicidad del mismo parece que exigieran debates estructurales en vez de parches coyunturales.

Siente uno envidia y curiosidad por como se resolvieron problemas similares (?) como el de los accidentes de tráfico. Problema social, económico, de cultura, irresoluble, ....que tratado de un modo multidisciplinar (punitivo, educativo, publicitario...) ha conseguido, no sólo, y lo más importante, que disminuya considerablemente la cifra de fallecidos por accidente de tráfico, si no que también ha logrado que nos parezca aberrante conductas como, por ejemplo,  la de no llevar a los niños en las sillas homologadas o no ir con el cinturón de seguridad. ¿Conseguiremos un día que se sienta señalado y culpable quien vaya por problemas banales a las urgencias hospitalarias?

Al final nos queda el recurso del tiempo. El atmosférico: Pluviometría y asistencia a  urgencias