miércoles, 12 de diciembre de 2012

Mírame, diferénciate. Año 1




Hoy un paciente me ha llamado Iñigo. Literal. Bueno, se habrá confundido.De hecho es algo que  hasta a mí me hubiera pasado desapercibido de no ser porque hoy estaba con el radar puesto. No me tendrá muy diferenciado. O no me habrá mirado bien. ¿Nos miran nuestros pacientes? ¿Nos hacemos visibles?

Hoy hace un año que "Mírame, diferénciate" vio la luz. Siempre he pensado en la iniciativa como un modo reflexionar sobre mí mirada, sobre ese gesto o esa actitud que logre transmitir a cada persona que en ese instante concreto y en ese lugar preciso ella es la depositaria de toda mi atención, y lo es ella, no solamente sus síntomas o su motivo de consulta. Pero hoy, un año después me ha dado por pensar como sujeto pasivo. ¿Cómo quiero ser yo mirado? ¿Cómo quiero ser yo diferenciado? Y sobre todo, ¿qué puedo hacer yo por ello?

Un año después y echando la vista atrás me doy cuenta que eso del mírame ha pasado por mi cabeza con cierta frecuencia y en lugares muy diversos: en la consulta, en algunas jornadas, en más de una visita al supermercado, alguna vez que he puesto la mano en el hombro de alguien, y cuando alguien ha venido unos días a trabajar al centro y he ido a presentarme...

Un año que no ha caído en saco roto y por el que me gustaría dar las gracias a quienes lo pensaron,, le dieron forma y a todos los que han apostado por la idea y la iniciativa.